Últimos avances en el manejo del picor

Innovación en el tratamiento del picor

Hace pocas semanas se publicó en la revista Actualidad en Farmacología y Terapéutica un trabajo del equipo de investigación del Dr. Antonio Ferrer y la Dra. Asia Fernández en el IDIBE – UMH sobre sus últimos avances en el tratamiento del picor. Hoy hablamos sobre este trabajo y sus aplicaciones.

El prurito, o picor, es una molesta sensación de hormigueo que se experimenta en la piel como consecuencia de diversas causas y que nos lleva a rascarnos con el fin de sentir alivio. Todas las personas a lo largo de su vida sufren varios episodios de picor que, en la mayoría de los casos, suelen durar pocos días. Sin embargo, existe el llamado prurito crónico que lo sufren las personas que padecen picor por un periodo superior a 6 semanas. En esos casos, algunos profesionales hablan del prurito no como síntoma, sino como enfermedad en sí misma.

El estudio del prurito ha llevado a clasificar esta molesta sensación en 4 subgrupos en función del mecanismo desencadenante. Distinguiendo entre el picor que sentimos cuando un agente externo, como un mosquito o el roce con un agente irritante, activa directamente las terminaciones nerviosas dérmicas y el picor resultante de la activación de este sistema por alguna condición interna, pudiendo ser vírica (herpes, varicela), metabólica o mental. Sea cual sea el elemento causante, el desequilibrio en las terminaciones nerviosas y los nociceptores dérmicos provocan esta desagradable sensación que disminuye significativamente la calidad de vida de las personas que la padecen.

El tratamiento del picor, especialmente del picor crónico, supone un reto para la industria farmacológica y cosmética, ya que no existen remedios que satisfagan completamente a los pacientes con prurito.

Una de las moléculas implicadas en desencadenar la sensación de picor y dolor es el receptor TRPV1. Este receptor se encuentra tanto en las terminaciones nerviosas como en las células de la piel (queratinocitos y sebocitos) y su función principal es activarse al detectar cambios a nivel superficial que pueden resultar nocivos para el cuerpo. Por ejemplo, TRPV1 se activa ante subidas de temperatura por encima de las 42ºC o un pH ácido. TRPV1 también se activa por la interacción capsaicina, el ingrediente principal de los jalapeños y pimientos. De ahí, que la ingesta de estos alimentos despierte una sensación de picor en el cuerpo.

Curiosamente, la aplicación de la capsaicina a nivel dérmico (en crema o parche) es un tratamiento farmacológico conocido y ampliamente usado para el alivio del picor y el dolor crónico, ya que produce la desensibilización del receptor TRPV1. Sin embargo, su aplicación resulta muy molesta para los pacientes debido a la sensación de quemazón que provoca en la piel. Además, estudios recientes apuntan a que la acumulación de la capsaicina en la piel podría ser cancerígena al entrar en contacto con la radiación ultravioleta del sol.

El equipo de investigación liderado por el Dr. Antonio Ferrer y la Dra. Asia Fernández en colaboración con otros institutos de investigación europeos han desarrollado una serie de moléculas basadas en la capsaicina capaces de interaccionar con el receptor TRPV1 sin provocar sensación de quemazón y sin acumularse en la piel. Numerosos estudios, tanto in vitro como in vivo, han demostrado que estas moléculas son eficaces neurocosméticos en el alivio del picor. Prospera Biotech utiliza algunas de estos ingredientes para el desarrollo de sus formulaciones para pieles sensibles.

BIBLIOGRAFÍA

Fernández Carvajal A et al. Moduladores del termorreceptor TRPV1 desactivables metabólicamente en la farmacología del prurito. Rev. Soc. Esp. Farmacol. Vol 18 (2020) 3: 162-172 

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