La radioterapia es una técnica ampliamente utilizada en el ámbito oncológico. Aproximadamente el 50 % de los pacientes recibe este tipo de tratamiento, ya sea como tratamiento único o en combinación con otros.
Entender cómo funciona y sus objetivos es prioritario para comprender sus efectos secundarios y las recomendaciones para sobrellevarlo de la mejor manera posible.
¡Veámoslo con más detalle!
¿Qué es la radioterapia?
La radioterapia es un tratamiento contra el cáncer que utiliza partículas u ondas de alta energía, como los rayos X o los rayos gamma, para eliminar o dañar la células cancerosas. Esta radiación de alta energía se denomina radiación ionizante, ya que crea partículas eléctricamente cargadas (iones) en las células de los tejidos que atraviesa.
La radiación ionizante afecta a las células que se están dividiendo de forma activa, provocando pequeñas roturas en el ADN que se encuentra en su interior. Estas roturas evitan que las células crezcan y se dividan y les causan la muerte. Del mismo modo, también afecta, en menor medida, a las células en división de los tejidos normales. El daño a las células normales provoca efectos secundarios no deseados. La radioterapia es siempre un equilibrio entre la destrucción de las células cancerosas y la minimización del daño a las células normales. Al tratarse, generalmente, de un tratamiento de aplicación local solo afecta a la parte del cuerpo a la que es dirigida.
La radioterapia puede emplearse antes de la cirugía (neoadyuvancia) para reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía, o después de esta (adyuvancia) para ayudar a evitar el regreso del cáncer. En algunas ocasiones se puede utilizar para tratar de forma preventiva zonas donde se produce metástasis de forma recurrente, con el objetivo de destruir cualquier célula cancerosa que haya viajado a esa zona y pueda dar lugar a un tumor.
Efectos secundarios de la radioterapia
El daño en las células no cancerosas puede provocar efectos secundarios durante y después de la radioterapia. Muchos de ellos pueden tratarse o prevenirse y la mayoría desaparecen una vez finalizado el tratamiento. Estos varían de una persona a otra y dependen de factores como la parte del cuerpo tratada y el tipo de tratamiento.
Algunos de los efectos secundarios que pueden aparecer son los siguientes:
- Daños en la piel.
- Cansancio generalizado.
- Pérdida de cabello. A diferencia de la quimioterapia, solo afecta a la zona que está siendo tratada.
- Malestar. Es más probable que esto ocurra si la zona de tratamiento está cerca del estómago o si se está tratando el cerebro.
- Dificultad para comer y beber. La radioterapia puede provocar pérdida de apetito y molestias al tragar.
- Diarrea. Suele ocurrir cuando la zona tratada está cerca del abdomen o la pelvis.
- Rigidez articular y muscular.
- Problema sexuales y reproductivos. La radioterapia puede provocar pérdida de la libido, sequedad vaginal, disfunción eréctil o infertilidad.
- Linfedema, debido al daño que provoca la radiación en el sistema linfático.
¿Cómo cuidar la piel sometida a radioterapia?
Por lo general, la piel suele verse afectada en la zona en la que se ha recibido la radioterapia. La radioterapia puede producir dolor, cambios de color (puede volverse roja, más clara u oscura que su tono habitual), sequedad y picor, llegando incluso a pelarse y a presentar ampollas.
Los problemas cutáneos suelen desaparecer al cabo de 2 a 4 semanas de terminar el tratamiento. Para reducir al máximo las molestias, es importante seguir una serie de consejos para el cuidado de la piel:
- Lavarse la piel todos los días con un jabón suave y agua templada. Tras la ducha secarse la piel dando toques suaves, en lugar de frotarla.
- Mantener la piel siempre hidratada empleando cremas hidratantes aptas para piel sometida a radioterapia. Evitar ungüentos, lociones y productos perfumados.
- Evitar afeitarse la zona si es posible, no utilizar láser ni cremar depilatorias.
- Evitar aplicar calor o frío.
- Utilizar ropa holgada de fibras naturales como el algodón o la seda, evitando las prendas ajustadas y tirantes en la zona afectada.
- Utilizar siempre protector solar de factor alto (FPS 50 o superior) para proteger la piel del sol. En la medida de lo posible, tratar de cubrir la piel sometida a tratamiento.
Desde Prospera Biotech buscamos mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos. Damos visibilidad y soluciones a los efectos secundarios, que pueden llegar a ser más dolorosos e incómodos que la propia enfermedad.
Por ello, hemos desarrollado una nueva formulación para el cuidado de la piel sometida a radioterapia que ha superado con unos resultados excelentes el ensayo piloto de seguridad y eficacia llevado a cabo en el Hospital General de Elche.
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Referencias
- American Cancer Society (7 febrero 2019). Cómo se usa la radioterapia para tratar el cáncer. https://www.cancer.org/es/cancer/como-sobrellevar-el-cancer/tipos-de-tratamiento/radioterapia.html
- National Health Service (25 febrero 2020). Radiotherapy. Side effects. https://www.nhs.uk/conditions/radiotherapy/