Si la información genética contenida en el ADN se transmite fielmente de una célula a otra en cada división, ¿cómo se explican las diferencias que existen entre gemelos? ¿Te has planteado alguna vez por qué una neurona no se parece en nada a una célula de la piel si comparten el mismo ADN?
Estas preguntas no pueden contestarse con los principios de la genética clásica basada en los genes, ya que los gemelos provienen de un mismo zigoto, una célula que fue dividiéndose en células hijas idénticas con el mismo material genético y que, finalmente, dio lugar a dos individuos independientes que no podríamos considerar idénticos. En el caso de los distintos tipos celulares de nuestro cuerpo ocurre lo mismo, pero ¿qué hay detrás de estas diferencias?
La epigenética es la respuesta a estas preguntas.
Sin continúas leyendo este artículo, descubrirás:
- Qué es la epigenética
- Qué relación tiene con la aparición de patologías en la piel
¿Qué es la epigenética?
El término epigenética fue acuñado por Conrad H. Waddington a principios de los años 40 y se define como el estudio de los cambios en la función de los genes que no están relacionados con su secuencia de ADN.
Dentro de cada una de nuestras células, el ADN se encuentra asociado a unas proteínas que reciben el nombre de histonas y que le permiten alcanzar una estructura ordenada. Según el nivel de empaquetamiento alrededor de ellas, el ADN puede encontrarse en forma de cromatina o formando estructuras superiores como los cromosomas.
Imagen procedente de National Human Genome Research Institute
Existen mecanismos epigenéticos que consisten en la modificación química, tanto la acetilación de las histonas como la metilación del mismo ADN, y que son los responsables de que células con un mismo material genético expresen unos genes u otros. Según las modificaciones que haya en cada gen, la maquinaria celular encargada de expresarlos se unirá o no a ellos para iniciar el proceso de transcripción y traducción génica.
Es decir, si nuestra información genética fuese una novela, la epigenética sería la encargada de doblar la esquina de las páginas que debemos leer y solo leeríamos esas. Finalmente, según los fragmentos que hubiéramos leído, podríamos hacer un resumen de la historia diferente del que haría alguien que hubiera leído otros pasajes.
Epigenética, ambiente y piel.
Como describíamos en un artículo anterior, existen dos tipos de factores que afectan al estado de nuestra piel: los endógenos y los exógenos. La epigenética puede ser la prueba de que exista una relación entre ellos, de manera que ciertos factores ambientales puedan modificar la expresión de los genes en las células de nuestro cuerpo y, por tanto, de nuestra piel.
Algunos de los factores externos a los que nos exponemos a lo largo de nuestra vida son: el estilo de vida, el tabaco, el alcohol, la dieta, y la exposición a distintos factores físicos, químicos y/o biológicos.
Datos recientes indican que las modificaciones epigenéticas que encontramos en un individuo sano difieren de las de personas con dermatitis atópica. Estas variaciones afectan a genes importantes para la diferenciación y proliferación de las células de la piel, así como a genes relacionados con la respuesta inmunitaria en la epidermis afectada en pacientes con dermatitis.
Epidemiología epigenética y la hipótesis de la higiene.
La epidemiología epigenética se define como el estudio de la asociación entre variaciones epigenéticas y el riesgo existente a desarrollar una enfermedad.
Más allá de los factores exógenos descritos previamente, la hipótesis de la higiene plantea que la exposición a repetidas infecciones en los primeros años de vida da lugar a una menor incidencia de enfermedades inmunitarias de hipersensibilidad, como es el caso de la dermatitis atópica.
Esta hipótesis se fundamenta en el hecho de que la prevalencia de este tipo de patologías aumentó a la vez que la implementación de un mayor número de medidas de higiene tras la revolución industrial.
Ya no solo hablamos de las infecciones como tal, sino de todos los microorganismos con los que entramos en contacto desde, incluso, el día de nuestro nacimiento: la forma de alimentación durante los primeros meses de vida (leche materna o biberón), el tipo de nacimiento (parto vaginal o cesárea) y la exposición a antibióticos pueden causar variaciones en nuestra microbiota y ser factores de riesgo en el desarrollo de enfermedades inflamatorias.
Estas variaciones en la prevalencia de las enfermedades inmunológicas no pueden explicarse solo con factores genéticos, sino que debe incluirse la interacción genes-ambiente, es decir, la epigenética, para poder llegar a una explicación convincente. Así pues, la información que aporta la epidemiología epigenética podría ser utilizada para tratamientos preventivos, diagnósticos tempranos y tratamientos durante la enfermedad. Además, como la epidemiología epigenética evalúa la relación entre las alteraciones epigenéticas y el riesgo de desarrollar la enfermedad para cada individuo, está directamente relacionada con el desarrollo de la medicina personalizada.
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Referencias:
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