El cuidado de la zona íntima de la mujer

La salud de la zona íntima es un tema de vital importancia para todas las mujeres. Aunque a menudo puede resultar tabú, mantenerse informada sobre el cuidado adecuado de la zona íntima es esencial para prevenir posibles complicaciones. La zona genital femenina es delicada y requiere atención especial para evitar infecciones, irritaciones y otros problemas relacionados.

En este artículo te contamos con detalle el papel de la flora vulvar y vaginal, sus posibles alteraciones y recomendaciones para el cuidado de la zona íntima.

La flora vulvovaginal

La flora vulvovaginal, también conocida como microbiota vulvovaginal, es una conjunto de microorganismos beneficiosos presentes en la vulva y la vagina. Son esenciales para el mantenimiento de la salud vulvar y vaginal ya que evitan que otras especies patógenas colonicen la zona y produzcan infecciones.

Esta flora está principalmente formada por microorganismos del género Lactobacillus. Estas bacterias protegen la mucosa mediante tres mecanismos:

  • Su presencia en el epitelio de la vulva evita la adhesión de los microorganismos patógenos.
  • Producen compuestos antimicrobianos como el ácido láctico o el peróxido de hidrógeno.
  • Se coagregan con los patógenos, potenciando su efecto microbicida.

La producción de ácido láctico por parte de estas bacterias reduce el pH de la zona íntima, que es de aproximadamente 4. Este ambiente ácido inhibe parcial o totalmente el desarrollo de la mayor parte de las bacterias procedentes del tracto digestivo y de las de origen ambiental, ayudando a proteger la mucosa vulvovaginal.

Alternaciones de la flora vulvar y vaginal

La alteración de las proporciones de las distintas bacterias presentes en la flora vulvovaginal, también conocida como disbiosis, puede generar malestar y provocar vulvovaginitis. La vulvovaginitis consiste en una infección de la vulva o la vagina, y suele cursar con uno o varios de los siguientes síntomas:  cambios en el volumen, color u olor del flujo vaginal, picor, ardor, irritación, enrojecimiento y dolor.

Esta alternación de la flora puede tener diversas causas:

  • La edad y la fase del ciclo menstrual,que conllevan cambios hormonales. Un alto nivel de estrógenos ayuda a preservar y a estimular la flora de la vulva y la vagina.
  • El uso incorrecto y excesivo de antibióticos. Los antibióticos se emplean para acabar con las bacterias patógenas, pero al mismo tiempo pueden atacar a las que forman parte de la microbiota de la zona íntima.
  • La vestimenta. Ropa demasiado ajustada y el uso de tejidos que no transpiran bien pueden causar irritación de la vulva.
  • Las relaciones sexuales. Las bacterias patógenas pueden transmitirse entre parejas sexuales durante cualquier contacto sexual.
  • Uso de jabones o productos con pH no adecuado. Los jabones tradicionales tienen un pH neutro o básico (superior a 7) y su uso puede dañar el balance ácido de la vulva.

Recomendaciones para el cuidado de la zona íntima de la mujer

Un buen cuidado de la vulva está relacionado con el correcto equilibrio de la flora vulvovaginal.

Te dejamos algunas recomendaciones para cuidar la salud de tu zona íntima:

  1. Cuida la higiene en la relaciones sexuales, tanto antes como después.
  2. Utiliza ropa no demasiado ajustada y tejidos de algodón. Los tejidos sintéticos pueden incrementar la sudoración del área genital, generando un ambiente húmedo que propicia la proliferación de las bacterias patógenas.
  3. Evita mantener la zona íntima húmeda. Después de hacer ejercicio y especialmente en verano cuando uses bañadores es recomendable permanecer el menor tiempo posible con ropa húmeda.
  4. Cuida tu alimentación e incorpora probióticos en tu dieta, sobre todo si estás tomando un tratamiento antibiótico.
  5. Visita con regularidad a tu ginecólogo. Es recomendable realizar revisiones una vez al año y acudir en caso de sentir algún síntoma no habitual o molestia.
  6. Utiliza productos adecuados para el cuidado de la vulva que respeten el pH y sean específicos para su cuidado.  No realices duchas vaginales, pueden empeorar el flujo vaginal, ya que eliminan las bacterias beneficiosas.

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Referencias

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