Este año, se está produciendo un aumento de la incidencia de dermatitis en gran parte como consecuencia de la pandemia de COVID19. Las molestias, granitos o rojeces que el uso continuado de mascarillas y guantes provocan en la piel se conoce clínicamente como dermatitis por contacto. Aunque sabemos que no es la consecuencia más grave de la pandemia por COVID19, sí que está resultando muy frecuente e incómoda. En el post de hoy te explicamos que es, por qué aparece y cómo cuidarla.
La dermatitis por contacto se define como una condición inflamatoria de la piel inducida en primer lugar por la exposición a un agente químico, físico o ambiental no infeccioso (1, 2). Existen muchos tipos de dermatitis por contacto. Los dos principales son: dermatitis por contacto irritante y dermatitis por contacto alérgica. La primera surge de manera local como consecuencia de una exposición continuada a un agente irritante. Pero ¿qué consideramos un agente irritante? Pues es, nada más y nada menos que, cualquier elemento físico o químico capaz de producir perturbación celular si se aplica por un periodo de tiempo y a una concentración suficiente (1). La dermatitis alérgica podría tener una base genética y se basa en la generación de una respuesta inmune ante un agente no infeccioso determinado que se puede detectar con anterioridad. A continuación, os dejamos una tabla que os ayudará a distinguir ambos tipos de dermatitis por contacto:
Tabla 1: Características para la distinción de la dermatitis por contacto alérgica e irritante (3)
Característica | Irritante | Alérgica |
Localización | Normalmente manos. | Áreas de la piel expuesta. |
Síntomas | Quemazón, picor, dolor. | Prurito. |
Apariencia | Sequedad y fisura de la piel. | Vesículas y póstulas. |
Bordes de las lesiones | Bordes poco marcados. | Bordes marcados. |
Un estudio llevado a cabo en cinco países europeos estimó que la dermatitis por contacto afecta en torno al 8,2% de la población. Las personas que sufren esta condición de la piel manifiestan que, en muchas ocasiones, repercute en su día a día: en la manera de relacionarse con los demás, en la práctica de deportes e incluso en su vida laboral. De hecho, existen muchas profesiones, como por ejemplo peluqueros, floristas, personal sanitario, etc. en las que la dermatitis por contacto se considera una enfermedad laboral, ya que se puede desarrollar por el uso del equipamiento necesario para llevar a cabo su trabajo (4).
¿Cómo ocurre la dermatitis por contacto?
La mayoría de patógenos que infectan a los humanos generan unas señales llamadas patrones moleculares asociados a patógenos que son capaces de activar una respuesta inmune que comienza con inflamación. En la dermatitis alérgica los agentes irritantes pueden interaccionar de manera similar con nuestras células desencadenando una respuesta inmune basada en la generación de especies reactivas de oxígeno, la activación de señales proinflamatorias y la síntesis de células inmunes. En resumen, los agentes irritantes presentes en nuestro día a día, como partículas de contaminación, cosméticos, tejidos…pueden despertar en personas sensibles una reacción similar a la que ocurre cuando un patógeno nos infecta (1).
En la dermatitis irritante no hay reconocimiento del agente por parte del sistema inmune, sino que este reacciona a una irritación producida en la piel. Cuando algún agente externo daña significativamente la piel se desencadena una respuesta inflamatoria relativamente rápida caracterizada generalmente por la aparición de un eccema. Cuando el daño no es tan agresivo, pero sí repetitivo, se sobrecargan los mecanismos de reparación y aparecen manifestaciones de dermatitis por contacto subtóxicas. Sea cual sea el origen de la reacción inmune, la respuesta inflamatoria suele ser bastante uniforme en todos los tipos de dermatitis (2).
Las manifestaciones clínicas de la dermatitis de contacto pueden ir desde una leve descamación de la piel, enrojecimiento o edema hasta grandes eccemas. Las características y severidad de las lesiones están influenciadas por numerosos factores tanto endógenos como exógenos. Entre los primeros podemos encontrar: hipersensibilidad de la piel, sensibilidad conocida a un agente externo, condiciones de atopia, edad, factores étnicos, sensibilidad a radiación UV, etc. Por otro lado, los factores exógenos podrían ser: la parte del cuerpo de contacto, temperatura corporal, pH, tiempo de contacto, condiciones climatológicas… (2).
Esta amplia variedad de síntomas y factores ha permitido la creación de una clasificación de la dermatitis de contacto irritante basada en aspectos morfológicos y temporales.
Tabla 2: Tipos de dermatitis por contacto irritante (1).
Tipo de dermatitis por contacto (DC) | Agente | Curso clínico | Síntomas y signos |
DC irritante aguda | Agente simple fuertemente irritante | Inicio agudo después de la exposición. Generalmente, recuperación rápida | Eritema, edema, vesículas, exudación. Quemazón, dolor, prurito, |
DC retardada aguda | Distintos irritantes agudos retardados | Inicio 12-24 horas (o incluso más) después de la exposición | Similar a DC irritante aguda |
Reacción irritante | Irritantes medios como agua, detergente o jabón | Por lo general inicio agudo tras exposiciones múltiples y recuperación cuando se retira el agente. | enrojecimiento, descamación, agrietamiento, pústulas o erosiones |
Irritación subjetiva | Agentes variados que inducen irritación sensorial. | Los síntomas aparecen rápido tras la exposición. | Quemazón, hormigueo, ardor o picor. |
DC Irritante no eritematosa | Irritantes medios como agua, jabón o detergentes. | Irritación temprana de la piel. | Sin signos clínicos |
DC Crónica | Irritantes débiles (agentes químicos o físicos). | Se desarrolla lentamente (meses, años) | Eritema leve, sequedad, hiperqueratosis, fisura |
DC traumática | Factores traumáticos (físicos o químicos) | Desarrollo lento después de trauma. | Similar a DC crónica. |
Dermatitis friccional o mecánica | Fuerzas de fricción de bajo grado. | Desarrollo lento. | Eritema, hiperqueratosis escamosa y fisura en áreas de fricción |
Eccema irritante asteatótico | Humedad y temperatura bajas | Desarrollo lento. | Sequedad, descamación ictiosiforme y fisura superficial, especialmente en el piernas inferiores |
DC acneiforme | Metales, alquitranes, aceites, grasas, fluidos para trabajar metales y agentes clorados | Desarrollo lento (semanas o meses). | Comedones abiertos y cerrados, quistes, pústulas. |
DC aérea | Irritantes liberados al aire (polvos, fibras, humos, vapores) | Variable. Normalmente comienzo agudo. | La dermatitis predomina en las áreas expuestas, aunque puede afectar la piel protegida debido a la contaminación de la ropa. |
El primer paso para frenar las consecuencias de la dermatitis por contacto consiste en evitar la exposición al agente causante. Cuando esto no es posible, se deben tomar todas las medidas necesarias para minimizar la superficie de contacto con los agentes irritantes. Para paliar los síntomas agudos se pueden utilizar compresas frías o baños coloidales de avena que ayuden a secar y calmar las lesiones agudas que supuran. Por regla general, se recomiendan tratamientos tópicos, basados en cremas o pomadas hidratantes y con ingredientes naturales calmantes. Cuando el daño persiste o es muy agudo, los médicos suelen acudir a cremas con corticoides durante un periodo más o menos prolongado (3).
Como adelantábamos al principio del post, este año ha habido un incremento de la incidencia de esta condición de la piel debido al uso continuado de mascarillas y guantes y a la recomendación de lavarse frecuentemente las manos con soluciones hidroalcohólicas. En un estudio llevado a cabo en Wuhan durante el mes de febrero (5), un 74’5% de las personas encuestadas (n=280) manifestaron tener o haber tenido reacciones adversas en la piel durante la pandemia. La más común fue la sequedad o descamación, seguida del eritema y de la maceración cutánea, mientras que las áreas más afectadas fueron las manos, el surco nasolabial y las mejillas, que son las zonas de lavado frecuente o de contacto directo con equipos de protección (mascarillas, guantes y gafas). Los autores de este trabajo observaron, además, que este tipo de reacciones eran más frecuentes en mujeres que en hombres, y en personas que habían usado equipos de protección individual de cuerpo entero por más de 6 horas.
Otros estudios se han hecho eco de estos resultados y han observado reacciones similares en otras poblaciones (6-8). También aquí en España, se han publicado estudios con resultados similares (9). Además, varios de los participantes manifestaron haber sufrido un empeoramiento de condiciones cutáneas preexistentes como acné o rosácea (7, 10).
¿Qué podemos hacer para evitar estas reacciones?
Mantener la piel hidratada. Si los lavados y la desinfección son frecuentes la hidratación también ha de serlo.
Para minimizar los efectos deshidratantes de las soluciones hidroalcohólicas podemos utilizar geles que contengan glicerina. Además, es preferible usar cremas hidratantes que no lleven perfumes para evitar la sobreexposición de la piel a agentes irritantes (10).
Muchos hemos visto fotos de personal sanitario con marcas en la cara causadas por los equipos de protección individual. Algunas de estas marcas se deben a la presión que estos equipos hacen sobre la piel, otras aparecen por la fricción con los movimientos cotidianos y algunas otras aparecen cuando nos rascamos por la incomodidad que gafas o máscaras pueden generarnos. Sea cual sea la causa que origine la dermatitis por contacto, muchas personas acaban desarrollando manifestaciones dérmicas que pueden ir desde hematomas o enrojecimientos hasta heridas. Este tipo de dermatitis mecánica puede evitarse con el uso de apósitos en puntos de presión o el uso de geles de silicona en los equipos para asegurar un contacto con la piel menos agresivo y minimizar el roce (10).
REFERENCIAS
- Ale IS, Maibach HI. Irritant contact dermatitis. Rev Environ Health. 2014;29(3):195-206.
- Brasch J, Becker D, Aberer W, et al. Contact dermatitis. J Dtsch Dermatol Ges. 2007;5(10):943-951.
- Usatine RP, Riojas M. Diagnosis and management of contact dermatitis. Am Fam Physician. 2010;82(3):249-255.
- Rashid RS, Shim TN. Contact dermatitis. BMJ. 2016;353:i3299. Published 2016 Jun 30.
- Lin P, Zhu S, Huang Y, et al. Adverse skin reactions among healthcare workers during the coronavirus disease 2019 outbreak: a survey in Wuhan and its surrounding regions [published online ahead of print, 2020 Apr 7]. Br J Dermatol. 2020;10.1111/bjd.19089.
- Bothra A, Das S, Singh M, Pawar M, Maheswari A. Retroauricular dermatitis with vehement use of ear loop face masks during COVID-19 pandemic [published online ahead of print, 2020 Jun 3]. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2020;10.1111/jdv.16692.
- Lan J, Song Z, Miao X, et al. Skin damage among health care workers managing coronavirus disease-2019. J Am Acad Dermatol. 2020;82(5):1215-1216.
- Xie Z, Yang YX, Zhang H. Mask-induced contact dermatitis in handling COVID-19 outbreak [published online ahead of print, 2020 May 10]. Contact Dermatitis. 2020;10.1111/cod.13599.
- Navarro-Triviño FJ, Ruiz-Villaverde R. Therapeutic approach to skin reactions caused by personal protective equipment (PPE) during COVID-19 pandemic: An experience from a tertiary hospital in Granada, Spain [published online ahead of print, 2020 Jun 15]. Dermatol Ther. 2020;e13838.
- Balato A, Ayala F, Bruze M, et al. European Task Force on Contact Dermatitis statement on coronavirus disease-19 (COVID-19) outbreak and the risk of adverse cutaneous reactions [published online ahead of print, 2020 Apr 30]. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2020;10.1111/jdv.16557.